martes, 27 de mayo de 2014

El Villarreal del infierno a la gloria


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 Hace dos años se materializaba el descenso a segunda división del equipo castellonense. Fue una temporada desastrosa en la que la venta del buque insignia del equipo, Santi Cazorla, pesó tanto en su juego que le hizo quedar último en el grupo de Champions, en el que no consiguió siquiera puntuar. Al final de la temporada se confirmaba lo que se temió a lo largo de ella, la pérdida de la categoría.

Hace un año y medio, al producirse la bajada del equipo a la división de plata, el club decidió fichar como entrenador a Marcelino García Toral. Su primer partido acabó con una contundente derrota por cinco goles a cero ante el Castilla, equipo filial del real Madrid. Este partido marcó un punto de inflexión que provocó que varios jugadores abandonaran la plantilla y se abrieran las puertas para la llegada de otros nuevos. Estos cambios trajeron tres meses de victorias consecutivas y finalmente la vuelta a primera división tras jugar contra el C. D. Almería en la última jornada del campeonato.

Llegado el verano, el club mantuvo el bloque de jugadores que lo habían devuelto a la división de honor e incorporó a otros, a petición expresa de Marcelino, entre los que se encontraban Giovanni Dos Santos, Sergio Asenjo y Tomás Pina y de esta manera pudo comenzar la nueva liga con el equipo reforzado. El arranque de la competición no pudo ser más afortunado, pues se produjeron tres victorias consecutivas en las que el Villarreal desarrolló un juego espectacular.

Llegó el Real Madrid, lo que suponía la primera prueba de fuego, y el submarino amarillo pasó el examen sin problemas, logrando un empate que incluso podría haber sido victoria. El equipo de la Plana se instalaba así en la zona de puestos europeos, lugar que ya no abandonaría en toda la liga.

El equipo pasó por una mala racha a partir de enero al notarse un desgaste en sus jugadores más eficaces, dado que solamente se habían incorporado dos futbolistas de refresco en el mercado de invernal y la liga ya se le estaba empezando a hacer demasiado larga al equipo. A partir de este momento empezaron a producirse pinchazos inesperados ante el Betis, Elche y Granada, entre otros. El Villarreal se despedía así de la cuarta plaza, lugar que lo hubiera devuelto a Champions tan solo dos años después de haber participado por última vez en esa competición.

Tras los tropiezos volvieron las victorias y el final de temporada fue de matrícula de honor tras certificar la sexta plaza en Anoeta. Tras un año en el infierno, el Villarreal volverá la próxima temporada a Europa. Marcelino García Toral deberá tocar madera para que este año no se vaya ningún jugador pilar del equipo y así poder realizar el curso que viene una temporada igual o mejor que la que acaba de finalizar.

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