martes, 8 de abril de 2014

El Granada CF se ve involucrado en un escándalo de drogas


Cuando la droga, en este caso cocaína, se cuela en los vestuarios de un club, saltan las alarmas generales a nivel institucional. El fútbol es un deporte y entre sus practicantes no cabe el uso de sustancias ilegales que alteren sus condiciones tantos físicas como psíquicas. Esto lo tiene muy claro Quique Pina, presidente del Granada CF, quien ante la presunción de consumo de cocaína por parte del jugador Dani Benítez ha manifestado en El Larguero de la Cadena SER que "como presidente nunca puedes esperar ni creer que un jugador consuma cocaína, me he llevado un gran disgusto. El deporte está para llevar una línea recta en la vida, una noticia como ésta es un disgusto enorme”.

Estas declaraciones, emitidas el mismo día en que se ha conocido el resultado de un control de dopaje en el que el jugador Dani Benítez ha dado positivo en cocaína, reflejan el difícil momento institucional que está atravesando el Granada CF. El club se encuentra en una situación compleja de cara a la opinión pública y muy especialmente ante su afición. En Granada se es consciente de que un club de fútbol modesto es una empresa de funcionamiento muy delicado y complejo que puede verse seriamente perjudicada por hechos de este tipo.

Entendido así por el club granadino, Pedro González Segura, asesor jurídico del consejo de administración, ha dado la cara inmediatamente en rueda de prensa para reconocer el "evidente daño a la imagen del Granada, aunque de forma indirecta", ya que consideró que el club es "una víctima de las circunstancias". Pero González Segura ha ido más allá y en un intento de poner al club granadino muy por encima de la situación ha manifestado que se va a poner "a disposición de la parte humana del futbolista, porque el chico puede tener un problema”.

No es la vez primera que la cocaína ha hecho presa en un futbolista de élite. En 1991 Maradona, militando en el Nápoles, se vio en una situación parecida que lo mantuvo alejado de los campos de fútbol por sanción durante 15 meses. Este escándalo, que a la postre lo acabaría alejando del fútbol europeo, no le impidió reincidir en 1997 una vez vuelto a Argentina para vestir la camiseta de Boca Juniors.

La imagen corporativa del Granada CF ha quedado señalada por este asunto. Hay que valorar el hecho de que los responsables del club han saltado rápidamente a la palestra para dar la cara e intentar reparar el daño producido por la inconsciencia de uno de sus jugadores. Aunque para Lucas Alcaraz, entrenador del equipo, se trata de “una noticia muy triste”, la respuesta del club ha de ser contundente y debe alejar definitivamente de su vestuario al infractor si se confirman los análisis definitivos. La afición granadina tiene derecho a exigir un buen juego a su equipo, pero aún es más importante que la imagen corporativa de su club sea intachable; pues el espíritu deportivo ha de ser su bandera y tarjeta de presentación ante el resto de aficiones que ha de visitar a lo largo de la temporada.



Dani Benítez disputando un balón

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